miércoles, 4 de febrero de 2009

Aportes alrededor de Richard Dawkins

Escucho y leo que se comenta sobre la pugna entre ateos versus creyentes teniendo como siempre el tema de las publicaciones de R. Dawkins "Destejiendo el Arco iris" o "El relojero ciego"
o el "Capellán del Diablo" y veo que siempre la tendencia es a resbalar hacia el plano de la sensibilería burda y pacata por la que unos marcan distancia respecto a las teorías de Dawkins, lo atacan fanáticamente y hasta se atreven a fomentar aversión hacia este investigador.
Por otro lado también están los "defensores" de Dawkins quienes "acusan" y señalan a los "religiosos fundamentalistas" que luchan por imponer la teoría de la existencia de Dios, como un grupo de "cerrados" miopes ante hechos incontrovertibles propios de la ciencia inteligente.

Recuerdo mis años de infancia cuando estábamos en 3er grado de primaria y durante los recreos tratábamos de demostrar a nuestros compañeros que nuestro papá era mejor que el padre de otro de nuestros compañeros. Y si uno decía que su padre trabajaba en una fábrica de zapatos (ese era mi padre) y que supervisaba la producción de cientos de pares de zapatos por día, otro compañero de clase me decía que su papá era ingeniero y que construía casas y que -lógicamente- construir una casa era más y mejor que fabricar zapatos, luego (como siempre ocurre) venía el fanfarrón del grupo que nos decía que su padre era militar y que era del arma de artillería y que conduciendo un tanque, no solo podía destruir las casas que hacía el ingeniero, sinó toda la fábrica de zapatos en la que trabajaba mi padre y por lo tanto él ganaba ya que los demás nada podíamos hacer ante semejante demostración de fuerza y poder.
Nos quedábamos sin aliento hasta que venía el compañerito que teniendo un hogar profundamente religioso señalaba que Dios castiga el abuso de la fuerza y que lo más seguro que el jefe militar sería condenado a los peores castigos después de su muerte, no solo por cegar vidas humanas, sinó por destruir casas y fábricas.
Esto nos devolvía la confianza en nuestros padres y nos sentíamos superiores a nuestro compañerito cuyo padre era militar y que inexorablemente se "condenaría" mientras que el nuestro se "salvaría".

Estos recuerdos infantiles acudieron a mi mente cuando leí los ataques contra los "ateos" seguidores de Dawkins y la respuesta de éstos contra los "creyentes" que tal vez no tienen la menor idea de lo que significa "creer".

¿Es que después de más de sesenta mil años de uso del lóbulo derecho del cerebro, aún pensamos que los que creen son buenos y los que no creen son malos?

Al inicio del un nuevo milenio que cronológicamente no significa nada por lo que debamos preocuparnos, en un mundo globalizado(que no significa nada novedoso) ¿aún aceptamos la idea de que los "creyentes" son sinónimo de obsolescencia y los "no creyentes" réprobos sin remedio?

Leo con tristeza que el factor emocional, sentimental, periférico y "comunitario" aún pesa mucho y aplasta la capacidad de reflexionar de una manera sobria, inteligente, y equilibrada.

Luego no queda más que resignarnos a tener que soportarnos tal como somos hoy. Incapaces, egoístas, y precariamente humanos, que no nos detendremos hasta destruir el maravilloso planeta en el que vivimos.

Me ancantaría recibir comentarios sobre esta opinión.

Plusapetit.blogspot.com

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